Abrazos, encuentros, conversaciones, presentaciones, risas... Algunos es la cuarta vez que visitan la casa, para otros ya comienza a ser costumbre y para alguno es la primera.Como cada primavera tuvimos encuentro de familias. En esta ocasión, acudieron todas a la vez. El programa ya es conocido. Para comenzar la misa, el mejor momento para celebrar y agradecer nuestra vocación con la gente que más queremos. Después nos juntamos para comer, esta vez fuimos en total 56 personas. Por la tarde los jóvenes jugaron el tradicional partido entre novicios y hermanos, una amistoso para evaluar el estado de forma de unos y de otros. El resto del tiempo se aprovechó para hacer algunas excursiones, pasear, hablar con más calma y disfrutar, esta vez sí, del sol donostiarra.
Solo queda agradecer a nuestras familias su esfuerzo, su cercanía y su cariño. Para nosotros es importante comprobar como Dios sigue actuando en ellos y a través de ellos.
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