viernes, 22 de junio de 2018

Mayo pardo, junio claro


Tal vez algunos recuerden aquél diálogo inicial de Hugh Grant en Love Actually en el que se contempla la puerta de llegada del aeropuerto de Heathrow. La opinión general afirma que vivimos en un mundo de odio y egoísmo, pero no es así en absoluto. Resulta que el amor está en todas partes, nos dice un entusiasta Hugh Grant, que hace de primer ministro británico. 

Algo de esto tiene el encuentro con las familias, una de las visitas más esperadas del noviciado. Nos visitaron del 4 al 7 de mayo, y la preparación supuso una mezcla de ajetreo (por la puesta a punto de la casa) y anhelo (porque los que vienen son nuestros padres y hermanos a fin de cuentas).

Reunirnos de nuevo con nuestras familias tiene también una mezcla de nostalgia y novedad, para nosotros y para las familias; porque los padres también atraviesan su noviciado. El vernos toca algo muy hondo y personal en cada uno de nosotros, algo que está íntimamente trenzado con nuestro proyecto vital y por tanto con nuestra vocación jesuita y con la vocación de cada miembro de la familia.

Nuestra casa ha sido testigo de un panorama bien heterogéneo esos días, pues cada familia procede de una región distinta del territorio español: Canarias, Extremadura, Valencia, Madrid, Barcelona y Murcia. Al fin nuestros padres y madres (sobre todo las madres) han despejado esas inmemoriales incógnitas que siempre se plantean, incluso tras la primera visita de noviembre; esas que les hacen preguntarse cosas como: ¿cómo se encuentra mi hijo? ¿Estará más delgado? ¿Pasará frío allí en San Sebastián? ¿Qué tal se llevará con los otros "frailes"?


Las familias, los novicios y los formados tras la Misa

Durante esos días el horario del Noviciado cambia: las horas del día están pensadas principalmente en función de las familias. Por ello, después de la comida del viernes en casa, tuvimos la tarde libre para disfrutar de nuestras familias. El sábado nos reunimos para celebrar la Eucaristía presidida por el Maestro. Luego disfrutamos de una gran comida juntos. Finalmente, el domingo, fue un día libre, en el que varias familias aprovecharon para visitar Loyola.

Diario Espiritual


Durante los días 13 al 21 de mayo, los novicios de segundo han asistido al curso del Diario  Espiritual de san Ignacio en Barcelona, de la mano de uno de sus mayores conocedores, Santiago Thió de Pol SJ, junto con los novicios de segundo de Cernache (Portugal) y Génova (Provincia Euromediterránea). El grupo comprendía diferentes nacionalidades, desde la portuguesa, hasta  la rumana  pasando por la eslovena, muestra de la constitutiva pluralidad de la Compañía.  Hubo oportunidad de recorrer la "Barcelona ignaciana", itinerario que también comprendió una visita a la Sagrada Familia.

También se celebró el ya clásico partido de fútbol internacional entre novicios. El ganador fue el noviciado de San Sebastián, que posee "La Copa" actualmente, premio que conservará hasta el año que viene.

Novicios de segundo en Barcelona tras el duro partido

Como decíamos, el objeto del curso versaba sobre el Diario espiritual de San Ignacio, un documento que comprende el tiempo transcurrido entre el 2 de febrero de 1544 y el 27 de febrero de 1545. En él, Ignacio trata de registrar las diferentes mociones que surgen al discernir la situación de pobreza institucional que la naciente Compañía ha de practicar.

Tras el curso en Barcelona, se partió al santuario y cueva de Manresa, ciudad donde el Peregrino vivió uno de los episodios más reveladores de su biografía: los Ejercicios Espirituales. La ruta no acabó ahí, también visitaron otros lugares ignacianos significativos, como, la Capella del Rapte o el río Cardoner, en el que Ignacio experimentó una conversión radical que le haría ver nuevas todas las cosas.  

El encuentro concluyó con una breve estancia en San Sebastián, donde se compartió, junto a los novicios portugueses y su maestro, un día en Loyola y un paseo por la ciudad, siempre llena de leyendas, reinas y pescadores.

Revisión de vida y preparación para el verano


Los días 16 al 18 de junio la comunidad ha viajado a Javier para realizar la revisión de vida de este año. ¿En qué consiste esta actividad? Principalmente en mirar desde la fe las mociones que el Espíritu ha inspirado en nuestros corazones y en nuestra comunidad a lo largo de este tiempo. La revisión de vida nos descubre un Cristo siempre mayor, siempre distinto, incluso desconcertante para nosotros, un Cristo que no siempre encaja en nuestros esquemas y que nos invita a un lúcido descentramiento de nosotros mismos, a una salida humilde de nuestro propio amor, querer e interés.

Junio ha sido también un tiempo para prepararnos a las diferentes experiencias de verano. Los novicios de primero se disponen para las distintas actividades que les esperan: una serie de experiencias que quieren ayudarnos a desarrollar el servicio como una dimensión fundamental de la fe cristiana. Los de segundo, por su parte, ultiman los preparativos finales para dar comienzo a una experiencia importante en el noviciado: la peregrinación.

Pero no es menester adelantar acontecimientos, queridos lectores. Hablaremos de esto a nuestro regreso. ¡San Sebastián, mártir de Roma y patrono de los viajeros, acompáñanos!

Salud y ¡hasta la próxima!


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