Entre semana, el día a día del
Noviciado se estructura alrededor de un horario en que los tiempos están muy
delimitados. Una jornada tipo, empieza a las 7 de la mañana preparándonos para
el rezo de laudes a las 7:30 y la oración personal hasta las 8:45. Después
desayunamos y dedicamos aproximadamente una hora a los servicios de la casa,
que incluyen la lavandería o la limpieza de espacios comunes. La mañana prosigue
con dos clases en que los novicios nos distribuimos por cursos. A lo largo del
año, las materias en que vamos profundizando van desde la Autobiografía de San
Ignacio, el estudio de los votos y de las Constituciones, hasta el curso-taller
sobre oración, pasando por la Biblia y otros contenidos transversales como
expresión oral y escrita o idiomas.
En algunas ocasiones, las clases
habituales se interrumpen para dar cabida a otras asignaturas bajo el formato
de cursos intensivos. Como muestra, la semana pasada, de jueves a sábado,
Carlos del Valle, SJ nos introdujo en el expresivo mundo de la liturgia. Durante
tres días los novicios fuimos ahondando en el significado profundo de tantos
ritos y gestos de la Misa y de la Liturgia de las Horas. Si bien
dedicamos gran parte del sábado a cuestiones prácticas, el curso nos ha ayudado
a ir a la raíz de la liturgia como expresión de nuestra fe.
Imagen de la parte práctica del curso |
Más allá de lo aprendido en
clase, la intensiva convivencia del Noviciado da pie a cantidad de
conversaciones fuera de los ratos lectivos. Los novicios, sin duda, nos
quedamos también con tantas respuestas que Carlos fue ofreciendo a nuestras
preguntas y con la alegría de seguir conociendo y compartiendo ratos con
compañeros.
Los novicios con Carlos |
Finalmente, desde el Noviciado no
queremos dejar pasar esta ocasión para agradecer el cariño y la oración en la memoria
de nuestro patrono, San Estanislao Kostka.
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