Muchas veces, cuando escuchamos la palabra familia, puede venir a nuestro interior un sentimiento de sana rutina,
de hogar, de seguridad… un sentimiento que puede no llamarnos mucho la
atención, puede ser uno más, de aquellos que no nos damos cuenta. Pero cuando
estás lejos de ella, esa palabra se vuelve fuerte. Recobra toda la potencia y
en muchos casos se convierte en un gran sentimiento de agradecimiento.
Esto sucede en la visita de familias. El fin de semana del 16 al 18 de
noviembre pudimos disfrutar de la presencia en casa de nuestras familias. Un
acontecimiento emocionante que rompe con nuestra rutina normal y nos llena de
fuerzas para seguir adelante.
Poder enseñar a los nuestros aquello que hacemos cada día y, sobre
todo, dónde y con quién estamos es un gusto
parar todos. Que puedan poner rostro e imagen a aquello que tantas veces les
hemos contado por teléfono: los compañeros
con quienes compartimos vida, en dónde estudiamos y dormimos, quiénes
son nuestros formadores…
Por eso, cuando volvemos a los quehaceres del día a día, sólo
nos queda agradecer tanto bien recibido. Sentir que la familia es un gran regalo
que Dios nos ha dado y darle gracias con toda nuestra vida.
Familias en la capilla |
También en estos días hemos tenido la oportunidad de estar presentes en las
semanas ignacianas de los colegios de
Pamplona y San Sebastián. Un buen momento para mostrar nuestra vocación a
nuestros alumnos y dar a conocer la vida de San Ignacio y los primeros
compañeros.
A través de teatrillos y testimonios queremos transmitir el modo de vida de Jesús, al estilo de
Ignacio, para poder formar “Hombres y Mujeres para los demás”, como quería el
Padre Arrupe de los colegios de la Compañía.
Fotos de la Semana Ignaciana en Pamplona |
Como veis, un mes de noviembre "movidito", que esperemos que cumpla lo que dice el refrán: "Si en noviembre oyes que truena, la siguiente
cosecha será buena".
Un abrazo y nuestra oración.
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