Tal vez algunos recuerden aquél diálogo inicial de Hugh
Grant en Love Actually en el que se
contempla la puerta de llegada del aeropuerto de Heathrow. La opinión general afirma que vivimos en un
mundo de odio y egoísmo, pero no es así en absoluto. Resulta que el amor está
en todas partes, nos dice un entusiasta Hugh Grant, que hace de primer ministro
británico.
Algo de esto tiene el encuentro con las familias, una de las
visitas más esperadas del noviciado. Nos visitaron del 4 al 7 de mayo, y la
preparación supuso una mezcla de ajetreo (por la puesta a punto de la casa)
y anhelo (porque los que vienen son
nuestros padres y hermanos a fin de cuentas).
Reunirnos de nuevo con nuestras familias tiene también una
mezcla de nostalgia y novedad, para nosotros y para las familias; porque los
padres también atraviesan su
noviciado. El vernos toca algo muy hondo y personal en cada uno de nosotros,
algo que está íntimamente trenzado con nuestro proyecto vital y por tanto con nuestra
vocación jesuita y con la vocación de cada miembro de la familia.
Nuestra casa ha sido testigo de un panorama bien heterogéneo
esos días, pues cada familia procede de una región distinta del territorio
español: Canarias, Extremadura, Valencia, Madrid, Barcelona y Murcia. Al fin
nuestros padres y madres (sobre todo las madres) han despejado esas
inmemoriales incógnitas que siempre se plantean, incluso tras la primera visita
de noviembre; esas que les hacen preguntarse cosas como: ¿cómo se encuentra mi
hijo? ¿Estará más delgado? ¿Pasará frío allí en San Sebastián? ¿Qué tal se
llevará con los otros "frailes"?
Las familias, los novicios y los formados tras la Misa |
Durante esos días el horario del Noviciado cambia: las horas
del día están pensadas principalmente en función de las familias. Por ello,
después de la comida del viernes en casa, tuvimos la tarde libre para disfrutar
de nuestras familias. El sábado nos reunimos para celebrar la Eucaristía
presidida por el Maestro. Luego disfrutamos de una gran comida juntos.
Finalmente, el domingo, fue un día libre, en el que varias familias
aprovecharon para visitar Loyola.
Diario Espiritual
Durante los días 13 al 21 de mayo, los novicios de segundo
han asistido al curso del Diario
Espiritual de san Ignacio en Barcelona, de la mano de uno de sus mayores
conocedores, Santiago Thió de Pol SJ, junto con los novicios de segundo de
Cernache (Portugal) y Génova (Provincia Euromediterránea). El grupo comprendía
diferentes nacionalidades, desde la portuguesa, hasta la rumana
pasando por la eslovena, muestra de la constitutiva pluralidad de la
Compañía. Hubo oportunidad de recorrer la "Barcelona ignaciana", itinerario que también comprendió una
visita a la Sagrada Familia.
También se celebró el ya clásico partido de fútbol
internacional entre novicios. El ganador fue el noviciado de San Sebastián, que
posee "La Copa" actualmente, premio que conservará hasta el año que
viene.
Novicios de segundo en Barcelona tras el duro partido |
Como decíamos, el objeto del curso versaba sobre el Diario espiritual de San Ignacio, un
documento que comprende el tiempo transcurrido entre el 2 de febrero de 1544 y
el 27 de febrero de 1545. En él, Ignacio trata de registrar las diferentes mociones
que surgen al discernir la situación de pobreza institucional que la naciente
Compañía ha de practicar.
Tras el curso en Barcelona, se partió al santuario y cueva de
Manresa, ciudad donde el Peregrino vivió uno
de los episodios más reveladores de su biografía: los Ejercicios Espirituales.
La ruta no acabó ahí, también visitaron otros lugares ignacianos
significativos, como, la Capella del Rapte o el río
Cardoner, en el que Ignacio experimentó una conversión radical que le haría ver
nuevas todas las cosas.
El encuentro concluyó con una breve estancia en San
Sebastián, donde se compartió, junto a los novicios portugueses y su maestro,
un día en Loyola y un paseo por la ciudad, siempre llena de leyendas, reinas y
pescadores.
Revisión de vida y preparación para el verano
Los días 16 al 18 de junio la comunidad ha viajado a Javier
para realizar la revisión de vida de este año. ¿En qué consiste esta actividad?
Principalmente en mirar desde la fe las mociones que el Espíritu ha inspirado
en nuestros corazones y en nuestra comunidad a lo largo de este tiempo. La
revisión de vida nos descubre un Cristo siempre mayor, siempre distinto, incluso
desconcertante para nosotros, un Cristo que no siempre encaja en nuestros
esquemas y que nos invita a un lúcido descentramiento de nosotros mismos, a una
salida humilde de nuestro propio amor, querer e interés.
Junio ha sido también un tiempo para prepararnos a las
diferentes experiencias de verano. Los novicios de primero se disponen para las
distintas actividades que les esperan: una serie de experiencias que quieren
ayudarnos a desarrollar el servicio como una dimensión fundamental de la fe
cristiana. Los de segundo, por su parte, ultiman los preparativos finales para
dar comienzo a una experiencia importante en el noviciado: la peregrinación.
Pero no es menester adelantar acontecimientos, queridos
lectores. Hablaremos de esto a nuestro regreso. ¡San Sebastián, mártir de Roma
y patrono de los viajeros, acompáñanos!
Salud y ¡hasta la
próxima!
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