La Navidad es un tiempo de emociones fuertes en el noviciado. Tras un adviento de preparación llega el momento en que celebramos que Dios quiere tomar parte en nuestra vida, que reconocemos que cada uno de nosotros somos un pobre y humilde pesebre en el que Dios se hace hombre.
La mañana del 24, el coro de la misa de 20:30 salimos a cantar villancicos por las calles de San Sebastián. El dinero iba esta vez dirigido a un proyecto de ALBOAN para construir colegios en campos de refugiados del Chad. Como todos los años resultó un éxito más allá de la recaudación final y todos disfrutamos de una mañana entrañable y del calor y la generosidad del pueblo donostiarra.
Por la tarde tocaba hacer una visita a nuestro vecinos. La primera parada fue en la Residencia de San José de la Montaña donde unos cuantos fuimos a cantar villancicos y a acompañar durante la misa vespertina. Después tocaba el turno de Uliazpi donde continuamos con la alegría y los cantos junto a los chicos y chicas que pasan allí la Nochebuena.
Y al caer la noche toca cenar en familia. Como todos los años las comunidades del noviciado y de Loiolaetxea se juntan para celebrar unidos la Nochebuena. Fue una cena entrañable acompañada de risas, cantos y juegos, tras la cual llegamos al plato fuerte del día: la misa del gallo. Allí, en una pequeña capilla en medio de San Sebastián tuvimos la suerte de ser testigos una vez más de la mayor noticia de la historia, que Dios sigue apostando por los hombres y mujeres de este mundo y que a pesar de todo hay esperanza porque la última palabra la tiene el amor.
El pasado martes 20 de diciembre concluímos el curso de expresión oral y escrita que cada año nos imparte el jesuita Ignacio Arregui SJ. Cada martes durante todo este primer trimestre, Ignacio ha venidoal noviciado para impartir las clases teóricas y después teníamos los ejercicios prácticos de oratoria en los que leíamos los trabajos que previamente habíamos preparado a lo largo de la semana.
Es una suerte tener estos cursos durante el noviciado, no solo por los contenidos si no por los profesores mismos. En el caso de Ignacio es un lujo contar cada año con su presencia y aprender de un compañero que ha sido entre otras cosas, director de Radio Vaticana. Sus anéctodas nos amenizaban cada clase y sus consejos nos han servido para crecer en nuestra tarea apostólica.
Desde aquí agradecemos su esfuerzo y esperamos que el curso que viene podamos seguir contando con su inestimable presencia.
Como todos los años, en este tiempo de Adviento la comunidad del noviciado al completo se vuelca en la preparación del Belén. Bajo la dirección artística de Leopoldo intentamos reflejar de manera sencilla el gran misterio de la Encarnación del Señor.
Durante estos días son muchas las personas que pasan por aquí para verlo. Con este vídeo intentamos acercároslo a todos los que por motivos de tiempo o distancia no lo hayáis podido ver. Esperamos que la ternura y alegría de ese Dios que decide nacer Niño por amor os acompañe en este año.
La pasada semana la casa del noviciado quedó desierta, pero la comunidad siguió viva unida en la dispersión de la misión. Tanto novicios como formadores nos fuimos a nuestras correspondientes misiones distribuidas por toda la península: Loyola, Javier, Manresa, Alcalá de Henares, Salamanca y El Puerto de Santa María fueron nuestros destinos para esos días. Hemos pedido a uno de nuestros compañeros que nos cuente su experiencia.
"Tres compañeros y yo tuvimos la suerte de ir a la Comunidad de Javier del día 2 al 9 de diciembre. Días antes de partir, cuando el P. Maestro nos comunicó el destino, las caras mis compañeros de segundo describían claramente el sentimiento de felicidad e ilusión, por la misión encomendada. Desde que entré en el noviciado sólo he oído elogios y cumplidos sobre Javier, sobre su comunidad y su acogida. Pero hasta la fecha no había tenido la oportunidad de descubrirlo por mí mismo.
Por suerte, esta vez tuve el privilegio de convivir con la comunidad casi al completo durante la semana que estuvimos. Además coincidió con la fiesta de San Francisco de Javier, que supuso descubrir como toda Navarra se vuelca con la figura del Santo jesuita misionero que cambió sus títulos e ideales mundanos, por servir y transmitir a Dios hasta los rincones más lejanos del extremo Oriente.
Javier ha sido y es para mí acogida continua, sentirme en casa, sensación de paz y tranquilidad. Javier es su Castillo, sus visitantes, sus pasadizos, sus jardines, su huerta. Javier son sus campos que parecen pintados al aire, el monte del Castelar, la Sierra de Leire, la naturaleza y el regalo de la creación visible y palpable. Javier han sido sus misas mañaneras, las excursiones, la recogida de hojas, el servicio a los ejercitantes, los paseos, una comunidad en la que uno a uno forman un cuerpo volcado en la misión. Javier es sobre todo, y por eso lo dejo para el final, su Cristo sonriente. Ese Cristo que nos invita a estar satisfechos, alegres e ilusionados por servir y dar la vida por el mundo, con el trabajo ordinario, la sencillez del día, la gratuidad del que se siente tremendamente afortunado."
Comenzamos el mes de diciembre con un nuevo curso de espiritualidad ignaciana. Esta vez tuvimos la suerte de contar con Adolfo Chércoles SJ, jesuita cordobés que ha desempeñado la mayor parte de su actividad apostólica en Granada trabajando como obrero junto a los gitanos de su barrio, y en donde ha ido profundizando en el estudio de los Ejercicios Espirituales.
El tema escogido para este año era "La visión antropológica de los Ejercicios". Teniendo la vida de San Ignacio como telón de fondo hemos ido descubriendo su visión del hombre, la estructuración del "yo" o la importancia del discernimiento en la experiencia espiritual. Todo esto aterrizado en la vida real gracias a la experiencia de Adolfo y su facilidad para explicar las cosas más difíciles con ejemplos asequibles para todos nosotros.
Una vez más queremos agradecer a Adolfo su presencia estos días en el noviciado puesto que conocemos su apretada agenda. Pedimos al Padre que le siga acompañando y bendiciendo en su tarea de difusión de la espiritualidad ignaciana.
Una gran sorpresa nos esperaba en la comida de este miércoles 23: Juanmi Arregui SJ, nuestro maestro de novicios hasta el inicio de septiembre, había venido a visitarnos aprovechando su paso por San Sebastián con motivo de la próxima Congregación Provincial a celebrar en Loyola.
Juanmi se encuentra en la actualidad destinado en Cuba por lo que no habíamos tenido oportunidad de verle en los últimos meses. A todos nos hizo una gran ilusión poder compartir con él la comida y la sobremesa. Fueron muchos los recuerdos y anécdotas que revivimos, y aunque el encuentro fue breve, nos permitió descubrir un poco más la misión de la Compañía en tierras cubanas.
Queremos agradecer al Señor la vida de Juanmi y sus años como maestro de novicios, así como pedirle que le siga bendiciendo en su misión.
El pasado 21 de noviembre tuvimos la suerte de poder disfrutar de la presencia de nuestro compañero Alberto Núñez SJ en el noviciado y poder así profundizar un poco más en los métodos de oración. Alberto es profesor de teología en la Universidad de Deusto en Bilbao, misión que compagina con largos periodos en China, tierra a la que fue destinada por primera vez cuando tenía 25 años, y que le ha permitido descubrir a fondo la riqueza de la espiritualidad oriental.
A lo largo de un día de talleres pudimos acercarnos a la oración desde dos perspectivas: el silencio y la palabra. De este modo, la mañana la dedicamos a descubrir como el silencio exterior e interior nos permite encontrarnos con ese Dios que ya habita en nosotros, mientras que la tarde la empleamos a profundizar en la oración vocal y en como la repetición puede ayudarnos a intuir el misterio de Dios.
Fue un privilegio contar con la experiencia de Alberto y queremos agradecerle su tiempo y su cariño.Le pedimos también al Padre que le acompañe en su misión, tanto en la universidad como en su próximo viaje a China.
La Navidad es un tiempo de emociones fuertes en el noviciado. Tras un adviento de preparación llega el momento en que celebramos que Dios quiere tomar parte en nuestra vida, que reconocemos que cada uno de nosotros somos un pobre y humilde pesebre en el que Dios se hace hombre.
